"Desarrollo del bebé"
En la semana 24 los primeros estímulos del exterior van llegando al feto. Casi todos sus pequeños órganos sensoriales (oído, olfato, papilas gustativas y nervios del tacto) están ya maduros. Esta etapa es clave porque tu bebé empieza a interpretar el mundo, a interactuar, explorar, aprender. Para empezar, se va familiarizando con olores y sabores del exterior y de la propia madre (como los de la leche) a través del líquido amniótico. Si le gustan, esto lo animará a comer cuando nazca.
Los órganos sensoriales de tu bebé están madurando, lo que le permite empezar a conocer el mundo.
El único sentido que tu pequeño todavía no experimenta durante estas semanas es el de la vista. Puede percibir algún brillo de una luz fuerte como la del sol (diferenciar la luz de la oscuridad), pero el útero tiene las paredes muy gruesas y es muy oscuro. Aún así, los bebés abren y cierran los ojos en esta etapa. Este movimiento es el precursor del reflejo del parpadeo. Los ojos ya tienen todas sus partes, incluida la retina, que completará su desarrollo el mes que viene. El iris, la parte de color del ojo, todavía no tiene pigmentación. Se irá coloreando a lo largo de los meses siguientes, aunque no adquirirán su color final hasta después de nacer.
Su tubo digestivo se desarrolla más y más y algunos órganos como el páncreas, comienzan a producir sustancias importantes para su vida futura, como la insulina que permite que sus células puedan incorporar la glucosa del alimento.
Sus ondas cerebrales son similares a las de un recién nacido. ¡Imagínalo pensando! El cerebro se está desarrollando con rapidez; este desarrollo continuará después del nacimiento hasta la niñez.
Se está empezando a acumular grasa en el cuerpo del bebé, el cual está bien proporcionado aunque sea aún muy pequeño. Es posible ver ahora las uñas de los pies.
Tu bebé recibe oxígeno a través de la placenta. Pero una vez que se produzca el nacimiento, los pulmones del bebé comienzan a obtener el oxígeno por sí mismos. Para prepararse, los pulmones del bebé están desarrollando la habilidad de producir surfactante. El surfactante es una sustancia que hace que los alvéolos pulmonares se mantengan armados y no se peguen cuando exhalamos, permitiéndonos respirar correctamente.
Dado que el desarrollo del oído interno -que controla el equilibrio del cuerpo- ha finalizado, el bebé puede diferenciar cuando está boca abajo y cuando no mientras flota y realiza movimientos en el líquido amniótico. Se mueve mucho, de 20 a 60 movimientos cada media hora, lógicamente con variaciones a lo largo del día.
Medidas del bebé: mide casi 29 cms. de la coronilla a las nalgas y pesa alrededor de 650 gramos.
"Cambios en la madre"
La piel de tu abdomen crece y esto puede producirte picores. El feto ya está bastante desarrollado y el útero sigue estirándose, así que puedes empezar a tener dolores de espalda y en la pelvis.
El bebé tiene más fuerza a partir de ahora. Te lo dirán sus pataditas. El feto desarrolla su máxima actividad entre las 24 y las 28 semanas. Luego comienza a tener menos espacio para moverse, patalear, rodar...
A estas alturas podrás sentir las diferentes partes de cuerpo de tu bebé a través de la pared abdominal. El músculo uterino se estira y es posible sentir dolor en el costado del abdomen.
Tu corazón y pulmones trabajan el doble, por lo que es probable que se te acelere el pulso y que te falte el aliento. El aumento de líquidos corporales te hará sentir más calor de lo habitual, mantendrás las mejillas ruborizadas a causa de la mayor circulación de sangre.
Si quieres hacerte una ecografía 3D o 4D es el momento preciso ya que se pueden observar con claridad los rasgos de tu hijo.
Probablemente te hagan una prueba de glucosa para detectar la diabetes del embarazo (diabetes gestacional) entre esta semana y la semana 28. La diabetes del embarazo se manifiesta en alrededor de 3 a 5 mujeres embarazadas de cada 100. Mayormente puede controlarse con la dieta y el ejercicio. Por lo general, desaparece después del parto aunque las mujeres que la sufrieron tendrán más probabilidades de contraer la diabetes en el futuro.
Sientes que te olvidas de las cosas. Tu poder de concentración puede estar afectado. No es debido a las hormonas sino a la falta de descanso adecuado o a preocupaciones y miedos que distraen tu mente de las tareas habituales. La falta de memoria durante el embarazo es otro de los síntomas normales de este período. Trata de hacer pequeños altos en tus tareas a lo largo del día y dormir por lo menos 8 hs.
Respecto de tus miedos y preocupaciones, pide ayuda a tu pareja o a tu médico, juntos podrán encontrar soluciones.
Tu útero está creciendo y la parte superior está alrededor de 5 cms por encima del ombligo. Seguramente sientes al bebé patear fuerte. Quizás comiences a sentir los efectos secundarios menos placenteros del embarazo: ligamentos doloridos, picazón en la piel, estrías, dolor de espalda, acidez estomacal, estreñimiento, congestión nasal y/o sangrado de la nariz. Estos síntomas no son peligrosos por lo general, ¡pero sí molestos!
Lo que puedes hacer: Aplicarte una crema o loción humectante para aliviar la picazón de la piel. Sin embargo, si es grave y te pica todo el cuerpo, consulte con el profesional de la salud. Quizás necesites una loción más fuerte. Si te duele la espalda, evita estar de pie durante largo tiempo y usa calzado cómodo. Recuerda consultar con el profesional de la salud antes de tomar o usar medicamentos o productos a base de hierbas.
Durante el embarazo, el padre también sufre importantes cambios, aunque no sean tan obvios como los tuyos (no le sale vientre ni siente nauseas). A veces intentan cambiar de aspecto (cambiándose el corte de pelo, o dejándose barba o bigote) o que inicie nuevas actividades para prepararse para este cambio de la edad adulta. Sino lo han hablado ya, es un buen momento de comentar todos estos cambios y de la forma en que sus nuevos papeles de padres pueden afectar a la relación de pareja.
Al tener la tripa más abultada el cinturón de seguridad debe colocarse de manera apropiada. La parte que sujeta el regazo debe ir por debajo del abdomen, ajustada a las caderas. La bandolera debe ir desde el hombro hasta la cadera, por encima del abdomen, no cruzándolo.

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