"Desarrollo del bebé"
En la semana 25 de embarazo el bebé ya tiene pestañas, aunque el color de los ojos todavía no se ha desarrollado por completo, ya que algunos pigmentos necesitan luz para acabar de formarse. Por eso, los ojos de tu bebé pueden cambiar en las primeras semanas de vida.
Los asiáticos y los africanos nacen con ojitos marrones o grises y acaban teniéndolos oscuros o negros. Los caucásicos suelen nacer con ojos claros, pero cuando maduran no tienen porqué conservarlos, posiblemente acaben con ojos verdes o marrones. Antes creíamos que el color de los ojos estaba determinado por un solo gen, nuevas investigaciones nos han demostrado que realmente son varios genes, así que es imposible saber qué ojitos tendrá tu bebé sólo mirando el de los progenitores.
El sentido que más se desarrolla a partir de esta semana es el oído. El niño está muy aislado, pero las ondas sonoras viajan más rápido por el líquido amniótico que por el aire. Como consecuencia, tu pequeño empieza a escuchar los primeros sonidos, principalmente tus gorgoteos y los murmullos de tu cuerpo. También percibirá ruidos que él mismo produce, como sus chapoteos en el líquido amniótico o el movimiento de los líquidos producido por las ondas ultrasónicas de las ecografías. Aunque los ultrasonidos no son percibidos por el oído humano, las ondas agitan el fluido de la bolsa amniótica y el pequeño puede percibir su sonido. Del mundo exterior, podrán llegarle conversaciones, ruidos estridentes y música. Con todo, los soniditos de la mamá siempre serán diferentes del resto, porque viajan a través de los fluidos de los dos cuerpos. Ésta es una de las muchas explicaciones que se da a la especial relación que establecen madres e hijos desde el nacimiento.
Puedes advertir que tu bebé reacciona a ruidos fuertes o a la música. Te aconsejamos, si no lo has hecho aún, empezar a escuchar música con tu bebé y todas las noches le pongas música clásica, en especial Mozart. En base a estudios realizados, eso aumenta considerablemente el desarrollo del bebé. Una vez que nazca te servirá también para tranquilizarlo porque retendrá esa música en su memoria.
El feto va engordando cada día un poquito más, ya que sigue acumulando materia muscular y grasa.
La piel todavía es fina, arrugada y pálida. A partir de ahora comenzarán a salirle pequeños vasos sanguíneos, llamados capilares, por debajo de su piel, que le darán un color rosado.
Las manitos de tu bebé estarán completamente desarrolladas y ya contarán con sus pequeñas y delgadas uñitas. Las mismas ya podrían ser capaces de tocar y de percibir mediante el sentido del tacto, las cosas que lo rodean, entre las que se pueden incluir: su propia piel e incluso el cordón umbilical. Asimismo, las diferentes clases de habilidades de tu bebé se estarán desarrollando durante esta semana también - sus dedos ahora podrán enrollarse y cerrar sus puñitos.
La corteza cerebral está formando capas. La mayor parte de las acciones del bebé están controladas por las zonas del cerebro que se desarrollaron primero. La corteza cerebral del ser humano es la estructura cerebral más elaborada de todo el reino animal y nos da la capacidad de pensar, idear y sentir de forma compleja.
Los diferentes componentes estructurales que conforman la columna vertebral (33 anillos, 150 articulaciones y 1000 ligamentos) comenzarán a formarse a partir de esta semana. Los vasos sanguíneos de los pulmones se estarán desarrollando y las aberturas nasales comenzarán a expandirse y a abrirse.
Podrás notar que tu bebé manifiesta períodos de descanso, en los que está muy quietecito y tranquilo, y momentos en los que se encuentra muy alerta ante cualquier estímulo. Podrás notar los movimientos de tu bebé más fácilmente cuando estés practicando alguna actividad sedentaria.
Sus medidas: Ya mide un poco más de 30 cm y pesa entre 680-800 gramos.
"Cambios en la madre"
Te encuentras en la semana 25 y la piel de tu abdomen crece, llegando a producir picores. El feto ya está bastante desarrollado y el útero sigue estirándose, así que puedes empezar a tener dolores de espalda y en la pelvis.
Siente como sus órganos comienzan a aplastarse. Es culpa del tamaño del útero, que mide ya como un balón de fútbol: mide unos 25 cm de diámetro desde el hueso púbico hacia arriba, hasta un punto a mitad de camino entre el ombligo y el esternón (el hueso donde se juntan las costillas).
Como consecuencia del aumento de peso, es posible que aparezcan algunas molestias propias del embarazo como molestias a nivel pubiano o en la columna (lumbagos). La mayoría son tolerables. También debes considerar que existe un proceso de adaptación.
Lo más probable es que sientas deseos de orinar más a menudo que lo habitual, la razón se debe a que el bebé presiona la vejiga.
¿Su pareja le ha dicho que ronca al dormir? El aumento de estrógenos durante el embarazo provoca congestión, lo que puede hacer que ronque.
El embarazo puede causar algunos efectos secundarios indeseables y para nada agradables cuando tratamos el tema de la digestión; por ello el horario de las comidas podría tomar un significado totalmente diferente al que estás acostumbrada, cuando estés cursando tu 25ta. semana de embarazo. No sólo la hormona conocida con el nombre de progesterona podría retardar tu digestión y la evacuación de tu estómago (a fin de permitir una mayor absorción de nutrientes que serán muy beneficiosos para tu bebé), sino que además tu útero, que ya se encuentra muy expandido en esta etapa, podría estar ejerciendo presión extra sobre tus intestinos. El resultado de todo ello sería que en lugar de poder disfrutar de tus comidas favoritas, comenzarás a sentir malestares provocados por la indigestión y ardores estomacales, que transformarán el momento de las comidas en una verdadera pesadilla.
Trata de comer pequeñas porciones de comida, ingiere alimentos más frecuentemente y evita las comidas condimentadas y picantes, así como también las que contengan mucha grasa. Además deberías prestarle mucha atención a estos síntomas y asegurarte de que no se trata de signos de trabajo de parto prematuro.
A partir del segundo trimestre los cambios hormonales relajan la válvula que separa el estómago del esófago, de este modo los ácidos gástricos pasan hacia el esófago causando la sensación de acidez en muchas embarazadas. Es cierto que debés alimentarte a tí y a tu bebé, pero esto no significa que debas comer por dos. Lo importante es que lleves adelante una dieta saludable y balanceada.
Y si de repente descubrieras que tienes la urgencia de decorar tu casa, no te sorprenda; tu instinto de protección y tu necesidad maternal "de preparar un nidito para tu bebé" podrían estar exteriorizándose en este momento. La mayoría de las madres, durante esta etapa, se encontrarán ocupadas decorando la habitación de sus bebitos y comprando los muebles para adornar la misma. El hecho de organizar la habitación de tu pequeñito, para que todo esté en orden en el momento en el que el bebé llegue a la casa, es una de las maneras más comunes de satisfacer ese impulso protector.
Sigue comiendo bien y descansando lo suficiente. A medida que avanza el embarazo, es posible que te sientas más cansada.

Que nindoooo!!! como crece la gordita bella , te quiero Julietaaaa :)
ResponderEliminar